Una vez que la cosa se calmó, bajé a un pedregal de poco calado y plano que aún estando el mar bello y claro coge color grisáceo en horas de pleamar, que era las 7 de la tarde y por lo menos es más fácil engañarlos en este tipo de puestas.
También creo que es mas fácil aquí, esquivar a las innombrables que ya están haciendo de las suyas por todos los lados, tal como me han comentado algunos pescadores de la zona que están desesperados por las bogas.
Bajo de 0,20, corcho bién plomeado y un plomillo en el bajo a unos 30 o 40 cm del anzuelo y con 1 metro o menos de profundidad bastaba y siempre tirando lo mas cerca posible y macizando casi en seco encima de las rocas para que en los reflujos no lleve tnto el macizo hacia fuera
La pesca no fue para tirar cohetes pero para al rato que estuve no estuvo mal aunque no recuerdo un día que se me suelte mas peces de los que sacaba, mas o menos era uno cogía y el siguiente se soltaba, así todo el rato. De cebo llevé gamba y langostino y creo de haber llevado quisquilla quizás habría perdido menos y como engodo macizo de anchoa
3 comentarios:
Aúpa Richard, cuando están de comer mal es lo que tiene, da igual el cebo que pongas, así todo te divertiste y sacaste buena pesca.
Hace mucho que no voy por esos pesqueros, en las fotos se ve precioso para pescar ahí.
SALUDOS.
Dice un refrán:después de la tormenta,viene la calma.En la pesca no se cumple,pues antes,durante y después de la tormenta,no hay calma,pues es cuando más pican los peces.Lo único,que durante,hay que tener mucho cuidado con las cañas de carbono.
La prueba la tienes.
Lo único,que durante,hay que tener mucho cuidado con las cañas de carbono.
Saludos
Aunque después de la tormenta viene la calma pero no se cumple para los peces, el caso es que se soltaron demasiados sargos al traerlos, con lo que deberían haber comido con mas ganas.
Por otra parte nadie en su sano juicio debería pescar con tormenta por mucho que entren los sargos
Un saludo
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